miércoles, 24 de abril de 2013

La paz no se crea, se busca

    Para empezar es necesario dar unas pinceladas de lo que entendemos por el concepto de paz. La mayoría de las definiciones coinciden en que es la ausencia de guerra o violencia. Sin embargo, existe alguna excepción como puede ser la defensa propia en la que debes saltarte este principio para alcanzar dicha concordia. Por lo que a veces es inevitable caer en el enfrentamiento. Asimismo, la búsqueda de dicha definición nos llevó a la conclusión de que no posee ninguna consecuencia negativa. Es más, es un requisito imprescindible para la protección de la especie humana.

    El ser humano ha sido creado para vivir en armonía  por lo que la paz es un camino que lleva hacia la felicidad. Toda persona sabe por su uso de razón discernir entre la vía del mal y del bien pero es curioso como llegamos a corrompernos para nuestro propio beneficio y esto hace que muchas veces recurramos al conflicto. Un ejemplo de ello es la corrupción  como consecuencia de la búsqueda del poder. Realmente, no somos conscientes del mal que nos hace elegir el camino equivocado. No obstante, la paz es un deseo al que todo el mundo quiere acceder.

     El propio significado de paz lleva intrínseco la lucha por lograr dicho fin ya que para poder conseguir este estado de armonía tenemos que recurrir  a la guerra entendiendo como tal, un enfrentamiento basado en la justicia. Como dice Eleanor Roosevelt “No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla”.  Por ello, la sociedad debería de ser mas humilde, trabajadora, honrada y justa para que todos podamos alcanzar este estado de paz que todos merecemos el cual nos aportará la tranquilidad y así poder transmitirla a los demás.
 
    Llama la atención de como el ser humano ha sido capaz de crear tantas cosas como las nuevas tecnologías, avances en los medio de comunicación o desarrollo industrial y sin embargo, algo que parece tan sencillo de “crear” como es la paz, el hombre no  ha conseguido alcanzar dicho propósito. Es más se empeña en desarrollar armas de defensa que serían capaces de destruir la propia vida. Esto puede ser debido a que el concepto de paz es abstracto y no es algo material. Esto se ve reflejado en el mundo en el que vivimos que parece que no hay complicaciones en este sentido y en realidad si miramos más allá como puede verse en algunas regiones de Asia o América nos damos cuenta de que caemos en error.  Un ejemplo que representa esta pugna es el uso de la violencia por falta de recursos o por una manera de enriquecerse a si mismo.

     A nuestro parecer, el único modo “moral” de obtener la paz es a través de la inteligencia y el uso del diálogo. Aunque simplemente observando a los demás llegas a la conclusión de que no existe este uso de razón.  Como dice Antoine de Saint-Exupery “Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor”. Todo lo que hagamos por buscar la paz se debe hacer por amor al prójimo y el bien común.

 

Escrito por: Eduardo Zarzoso y Raquel Rojas

martes, 23 de abril de 2013

La familia, imperfectamente perfecta

     Indagando por la red en un intento de hallar la mejor definición de familia me topé con una gran frase que marcaría la línea de este ensayo. Dice así: "La familia siempre ha sido y es, el principal pilar de la sociedad". Y creo que no podría definirse de mejor manera ya que el entorno familiar donde hemos crecido, a lo que nosotros le llamamos "familia", será lo que inconscientemente marcará nuestra manera de afrontar la vida. 
    Actualmente, además de la familia tradicionalmente reconocida como es la formada por el padre y la madre, encontramos otros tipos de familias como, por ejemplo, los que forman parejas de unión libre, las de homosexuales o las monoparentales, donde el padre o la madre, cuidan los hijos propios o ajenos de otras relaciones anteriores. Esto nos hace ver que el concepto de familia ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Sin embargo, independientemente del tipo de familia al que uno pertenezca, todas tienen en común una base. Se ha convertido en un lugar donde uno nace, crece, aprende, se educa y desarrolla. Se ha transformado en un refugio donde las alegrías, tristezas, logros o problemas afectan a cada uno de sus miembros.


   Así, la familia reflejaría la idea de un pequeño castillo donde todos sus componentes juegan un papel crucial para defender dicho refugio de cualquier ataque repentino que pueda dañar a cualquiera de sus miembros. Todos y cada uno de ellos forman un solo cuerpo capaz de luchar frente a cualquier adversidad que pueda poner en peligro a esta unidad familiar. Por ello, contar con la familia se ha convertido en un privilegio que no tiene precio. Es en este entorno donde el ser humano aprenderá lo que son los afectos y valores. De que manera hay que manejarlos y qué es lo correcto y lo que no.
   Muchas instituciones como son el colegio o la universidad nos intentan inculcar valores tales como el respeto, honestidad, perdon, generosidad... etc. Pero es en la familia donde realmente se aprenden, se ponen en prácita y se transmiten a los demás como una forma de vida o, en otras palabras, dando ejemplo. Por ello, la familia se ha convertido en la base para que todo ser humano pueda integrarse de manera correcta en la sociedad.
    Así mismo, tampoco puedo pasar por alto a la hora de hablar sobre la familia, la admiración que me causa el hecho de cómo la unión familiar refleja una fuerza tal capaz de prosperar en medio de la crisis económica o ante problemas de salud. Donde todos los familiares se involucran para el beneficio de los demás. Es en la familia donde siempre encontrarás un apoyo incondicional.
    Como dicen "la unión hace la fuerza"  y qué mejor ejemplo que refleje esta frase que la propia familia. Donde la felicidad no depende del número de integrantes de la misma sino en la unión de todos ellos. Participando de los mismos intereses, compartiendo gustos y aficiones. Toda familia unida es feliz, más allá de la posición económica porque lo que realmente aquí tiene valor no se compra. Y bien cierto es que no existe una familia perfecta pero sí aquellas que luchan y se esfuerzan por lograrlo.  

Mi familia


Tampoco puedo dejar de mencionar en este apartado referido a la familia a aquellos seres que por pequeños que sean han marcado de alguna manera mi forma de ser y de mirar al mundo. Se han convertido en pequeños mienbros que dejan gran huella, cuyo cuidado requiere un poco de esfuerzo, dedicación y mucho, mucho cariño pero que te es devuelto con creces.



Y por supuesto, mis chicas:



lunes, 22 de abril de 2013

Curioseando por la red...

      Me gustaría compartir con vosotros unos vídeos que me hicieron reflexionar con respecto a la últimas publicaciones. Creo que no dejarán indiferente a nadie.








Ser joven, nunca ha sido fácil

    Hoy en día “crecer” no es lo que era. En la actualidad, los jóvenes nos enfrentamos a una gran variedad de experiencias en términos de educación, familia o empleo que difieren considerablemente a los de una o dos generaciones anteriores.

     Actualmente, a la juventud se le atribuye la dura tarea de cambiar los pilares de la sociedad para convertirla en una comunidad más justa y más digna. Y aunque esto parece venirnos un poco grande, los medios de comunicación nos han abierto de manera inimaginable la libertad de expresión y la necesidad de intercambiar nuestras ideas para poder alcanzar este gran reto.

     El joven actual podría definirse como una persona en constante maduración y aprendizaje ya que cada vez va teniendo más libertad y con ello la capacidad de elegir su destino.

     Esta visión de la vida hace que muchos de nosotros creamos tener el mundo a nuestros pies por el mero hecho de ser jóvenes y la idea de que nos traten de irresponsables o inmaduros se responde con un diciendo “no nos comprenden”. Sin embargo, no todo es tan malo como lo pintan; muchos de nosotros pensamos en un buen futuro e incluso luchamos por él. Desgraciadamente, nos ha tocado crecer en un escenario caracterizado por cierta incertidumbre en el que responder a preguntas tales como "¿quién soy?", "¿qué quiero hacer?" o "¿qué futuro me espera?" se ha convertido en un verdadero problema. Es por eso por lo que muchas veces pensamos que nuestra vida es la más dura de todas o que nuestros problemas son los más difíciles de resolver y realmente, lo que la juventud de hoy en día necesita es un poco de madurez para tomar las riendas de su vida y decidir ya que muchas veces, nos dejamos influenciar por el mundo que nos rodea (quizá, por miedo a ser diferentes) y, por ello, nos conformamos con ser como el resto. 
 
     Así mismo, en la vida diaria nos encontramos con frecuencia una gran gama de concepciones de lo que es “ser joven”. Estamos influenciados por la sociedad, la cultura y la moda, que continuamente nos proponen patrones o estilos de vida para seguir. Una parte de esta sociedad nos dice que vivamos la vida, el momento (“carpe diem”) y otra, sin embargo, nos anima a pensar, a no tomar decisiones a la ligera y a actuar con proyecciones en el futuro. Por ello, podría decirse que nos encontramos ante una verdadera encrucijada en la que debemos tomar la decisión de cómo vivir nuestra juventud y qué modelo significativo seguir para construir nuestra propia identidad.

 

Ser joven nunca ha sido fácil. Y eso que todo el mundo repite lo mismo: “Ojalá tuviese veinte años”.







domingo, 21 de abril de 2013

¿Qué es la Vida?

Se pueden encontrar cientos de definiciones de la vida y aun así, ninguna de ellas satisfaría lo suficiente como para ser aceptada por todos. ¿Por qué es tan difícil definir “vida” cuando saber qué está vivo y que no, nos parece algo sencillo y de sentido común?

   Desde tiempos remotos, durante la historia del pensamiento biológico, ha habido un gran interés en la controversia que supone la idea de que los procesos biológicos dentro de un ser vivo puedan o no describirse desde la Física y la Química. A partir de ésta idea surgieron dos corrientes totalmente opuestas y que desencadenaron todas las hipótesis posteriores que hoy en día conocemos. Por un lado, estaba la corriente vitalista, con Aristóteles como defensor, el cual planteaba que los procesos vitales no podían explicarse en estos términos. Afirmaba que existía una fuerza intrínseca o espiritual (alma) que residía en el ser vivo, la cual, estaba más allá de la comprensión humana y es la que daba vida a la materia fisicoquímica. En contraste a este planteamiento aristotélico, encontrábamos el mecanicismo de Descartes, que afirmaba que los procesos vitales podían describirse con base en la Física y la Química, excluyendo la intervención del principio o fuerza vital. Los mecanicistas planteaban que los procesos de los seres vivos podían examinarse y verificarse con la aplicación del método científico.

     Como podemos ver, tanto filosofía como ciencia, han tratado de dar explicación a éste gran interrogante que ha perseguido al hombre desde sus inicios: ¿Qué es la vida? y ¿cuál es su origen? Quizá nunca lleguemos a hallar la respuesta pero siempre hemos tratado de ofrecer explicaciones. Por ello, existen muchas teorias sobre el camino que pudo haber tomado el origen de la vida para pasar de moléculas organicas simples hasta constituir metabolitos diversos y complejos.

     Muchos autores han intentado describir la vida uniendo dos características fundamentales de la misma: organización y evolución.Ambos conceptos dieron lugar a la generación de dos vías de investigación o dos visones de la vida.  Por un lado, tenemos un enfoque externalista, que contempla la vida como el resultado de un proceso evolutivo, estudia propiedades como la capacidad replicativa o la capacidad adaptativa que muestran los organismos. Y por otro, la visión internalista. la cual enfoca su atención especialmente en la organización de los sistemas biológicos, entendidos éstos como una serie de procesos causales que originan la forma orgánica del "aqui y ahora". Coge como modelos procesos como el desarrollo, eñ metabolismo o la autoorganización. Esta visión ineternalista, sin embargo, plantea el problema de que, al centrarse en caracteres como la identidad o la autonomía, tiene que explicarel proceso evolutivo como una consecuencia originada de la posibilidad autoconstructora del organismo. El problema que crea la visión externalista es exactamente el contrario, ya que al centrarse en la variación y el cambio, le imposibilita dar una explicación al origen de la vida, otorgando así a los genes un papel protagonista en la evolución, en la que cualquier organismo dotado de una combinación genética posible pueda considerarse válido.

       En un intento de integrar ambas visiones surgen varios supuestos filosóficos que han sido claves para el desarrollo de la Síntesis Moderna, como la distinción entre causas próximas y causas remotas desarrolladas por Enst Mayr.

      Estos dos tipos de causas establecían dos diferentes dominios de investigación dentro de la biología. Por un lado, la biología funcional, que se centra en el estudio del funcionamiento de algo (un órgano, una molécula...) mediante un análisis de cómo los elementos estructurales contribuyen causalmente a la capacidad funcional del organismo. Y por otro, la biología evolutiva, que se centra en el aspecto histórico de la vida y trata de explicar por qué las poblaciones han llegado a ser como son.

     Para la Sintesis Moderna, todo proceso biológico tiene una causa remota. Mayr identifica las causas próximas con el proceso de decodificación de un programa genético, en el que, el contenido del cual es el resultado de las causas remotas. La distinción de Mayr, por lo tanto, refuerza la impresión de que la biología funcional y la evolutiva son dominios independientes de investigación.

      En resumen, la Sintesis Moderna considera a la evolución, con la selección natural como principal fuerza, el principio unificador de la biología. Este planteamiento fue el que supuso una ruptura con el pensamiento tipológico, que intentaba explicar el proceso evolutivo dentro de un contexto físico – químico. El concepto de autoorganización pudo servir como puente entre ambas posturas, de manera que el papel de la selección natural como filtro en la construcción de nuevas combinaciones de genes hace que la evolución del sistema no dependa únicamente de la combinación genética del mismo.

     Después de ésta ardua reflexión sobre qué es la vida y cuál son sus orígenes, concluiría diciendo que definirlo se ha convertido en un problema mayor que el propio fenómeno de la vida en sí mismo. Nunca hallaremos la verdadera respuesta a este gran interrogante. Sin embargo, tratemos de darle significado a nuestra propia vida para que se convierta en algo tan grande y pleno que nos baste como respuesta. Como dijo Jorge Santayana "la vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla"









sábado, 20 de abril de 2013

Huellas del recuerdo

Hace unas semanas, se nos encomendó un curioso reto: hacer nuestra propia autobiografía. Y he de confesar que hasta ese momento no me había dado cuenta cuán difícil es escribir sobre la vida de una misma sobre todo cuando se trata de recordar hechos y vivencias tan lejanas como los primeros años de vida.
   Después de unos días de arduo trabajo, serias investigaciones y unos cuantos interrogatorios a familiares y amigos hallé la mejor manera de contar la "historia de mi vida".

   Todo comenzó un 8 de enero de 1988 en Mérida, una pequeña ciudad extremeña. De repente sin saber cómo ni por qué ahí estaba yo, bajo el nombre de Raquel y ante un mundo lleno de aventuras y retos por descubrir. Viví mis primeros años en La Zarza, un pueblito cerca de la ciudad. Echo la mirada atrás y no puedo evitar sentir cierto aire de nostalgia al recordar que pasé allí una de las mejores etapas de mi vida, la niñez. No existían preocupaciones, agobios, prisas... y el tiempo parecía ir mucho más despacio que ahora. 
     A la temprana edad de  ocho años, sufrí un duro golpe cuando me enteré de que debía abandonar mi pueblo natal, dejar mis amigos y familiares mas queridos porque la familia se transladaba a la gran ciudad. Fue entonces cuando nos mudamos a Pamplona. Una nueva vida nos esperaba, totalmente diferente a la que conocíamos. Sin embargo, nunca hemos perdido el vínculo con nuestra tierra. Por lo que gran parte de mi infancia me la he pasado viajando de aquí para allá. Recuerdo con especial cariño aquellos veranos en el pueblo cuando nos sentábamos alrededor de mis abuelos para que nos contaran sus batallitas. Y aquellas calles pobladas de vecinas sentadas en las puertas de sus casas charlando con la sintonía de la radio de fondo.
    Poco a poco fui creciendo y aquellos maravillosos tiempos se fueron quedando atrás. A la edad de 18 años fue cuando comenzó la verdadera aventura. Cuando se supone que ya había madurado lo suficiente como para escoger el camino que marcaría el resto de mi vida. Debía decidir carrera, universidad y el mayor reto de todos: ¿cómo haría para conseguir todo aquello que me había propuesto?.
    En todo momento tuve muy presente la gran lista de valores que me habían inculcado desde niña y decidí que quería seguir con mi formación académica pero que lo haría a mi manera. Por ello, y bajo el famoso lema de mi padre "el que algo quiere algo le cuesta", comencé a trabajar para sacar adelante mis estudios y evitar así el gran peso económico a mis padres. Pensé "soy joven, cabezota y creo que puedo con esto" y hasta día de hoy no me he arrepentido en ningún momento de haber tomado esta decisión. Soy de las que piensan que todo lo que requiere un esfuerzo merece aún mas la pena. 

      Ya han pasado unos años desde entonces y puedo decir, orgullosa, que esta experiencia me ha hecho crecer mucho como persona. Me hace llevar un intenso ritmo de vida y mantener una lucha constante con el tiempo, mi gran enemigo, ya que él se dedica a avanzar segundo tras segundo, y yo me centro mas en llegar a tiempo antes que el mismo tiempo.  
    Por ello, Universidad, trabajo y mi amado tiempo libre se han convertido en tres de los factores mas importantes de mi vida hoy en día. Podría decirse que mi ritmo de vida es frenético. Pero a pesar de que a muchos os pueda resultar un tanto estresante, es lo que me ayuda a alcanzar mi gran meta. 

    Y dado que soy de la opinión de que a las personas se nos conoce por lo que hacemos, qué mejor manera de darme a conocer que con esta pequeña biografía.