lunes, 22 de abril de 2013

Ser joven, nunca ha sido fácil

    Hoy en día “crecer” no es lo que era. En la actualidad, los jóvenes nos enfrentamos a una gran variedad de experiencias en términos de educación, familia o empleo que difieren considerablemente a los de una o dos generaciones anteriores.

     Actualmente, a la juventud se le atribuye la dura tarea de cambiar los pilares de la sociedad para convertirla en una comunidad más justa y más digna. Y aunque esto parece venirnos un poco grande, los medios de comunicación nos han abierto de manera inimaginable la libertad de expresión y la necesidad de intercambiar nuestras ideas para poder alcanzar este gran reto.

     El joven actual podría definirse como una persona en constante maduración y aprendizaje ya que cada vez va teniendo más libertad y con ello la capacidad de elegir su destino.

     Esta visión de la vida hace que muchos de nosotros creamos tener el mundo a nuestros pies por el mero hecho de ser jóvenes y la idea de que nos traten de irresponsables o inmaduros se responde con un diciendo “no nos comprenden”. Sin embargo, no todo es tan malo como lo pintan; muchos de nosotros pensamos en un buen futuro e incluso luchamos por él. Desgraciadamente, nos ha tocado crecer en un escenario caracterizado por cierta incertidumbre en el que responder a preguntas tales como "¿quién soy?", "¿qué quiero hacer?" o "¿qué futuro me espera?" se ha convertido en un verdadero problema. Es por eso por lo que muchas veces pensamos que nuestra vida es la más dura de todas o que nuestros problemas son los más difíciles de resolver y realmente, lo que la juventud de hoy en día necesita es un poco de madurez para tomar las riendas de su vida y decidir ya que muchas veces, nos dejamos influenciar por el mundo que nos rodea (quizá, por miedo a ser diferentes) y, por ello, nos conformamos con ser como el resto. 
 
     Así mismo, en la vida diaria nos encontramos con frecuencia una gran gama de concepciones de lo que es “ser joven”. Estamos influenciados por la sociedad, la cultura y la moda, que continuamente nos proponen patrones o estilos de vida para seguir. Una parte de esta sociedad nos dice que vivamos la vida, el momento (“carpe diem”) y otra, sin embargo, nos anima a pensar, a no tomar decisiones a la ligera y a actuar con proyecciones en el futuro. Por ello, podría decirse que nos encontramos ante una verdadera encrucijada en la que debemos tomar la decisión de cómo vivir nuestra juventud y qué modelo significativo seguir para construir nuestra propia identidad.

 

Ser joven nunca ha sido fácil. Y eso que todo el mundo repite lo mismo: “Ojalá tuviese veinte años”.







No hay comentarios:

Publicar un comentario