Se
pueden encontrar cientos de definiciones de la vida
y aun así, ninguna de ellas satisfaría lo suficiente
como para ser aceptada por todos. ¿Por qué es tan
difícil definir “vida” cuando saber qué está
vivo y que no, nos parece algo sencillo y de sentido común?
Desde
tiempos remotos, durante la historia del pensamiento biológico,
ha habido un gran interés en la controversia que supone la
idea de que los procesos biológicos dentro de un ser vivo
puedan o no describirse desde la Física y la Química. A
partir de ésta idea surgieron dos corrientes totalmente
opuestas y que desencadenaron todas las hipótesis posteriores
que hoy en día conocemos. Por un lado, estaba la corriente
vitalista, con Aristóteles como defensor, el cual planteaba
que los procesos vitales no podían explicarse en estos
términos. Afirmaba que existía una fuerza intrínseca
o espiritual (alma) que residía en el ser vivo, la cual,
estaba más allá de la comprensión humana y es la
que daba vida a la materia fisicoquímica. En contraste a este
planteamiento aristotélico, encontrábamos el
mecanicismo de Descartes, que afirmaba que los procesos vitales
podían describirse con base en la Física y la Química,
excluyendo la intervención del principio o fuerza vital. Los
mecanicistas planteaban que los procesos de los seres vivos podían
examinarse y verificarse con la aplicación del método
científico.
Como
podemos ver, tanto filosofía como ciencia, han tratado de dar
explicación a éste gran interrogante que ha perseguido
al hombre desde sus inicios: ¿Qué es la vida? y ¿cuál
es su origen? Quizá nunca lleguemos a hallar la respuesta
pero siempre hemos tratado de ofrecer explicaciones. Por ello, existen muchas teorias sobre el camino que pudo haber tomado el origen de la vida para pasar de moléculas organicas simples hasta constituir metabolitos diversos y complejos.
Muchos autores han intentado describir la vida uniendo dos características fundamentales de la misma: organización y evolución.Ambos conceptos dieron lugar a la generación de dos vías de investigación o dos visones de la vida. Por un lado, tenemos un enfoque externalista, que contempla la vida como el resultado de un proceso evolutivo, estudia propiedades como la capacidad replicativa o la capacidad adaptativa que muestran los organismos. Y por otro, la visión internalista. la cual enfoca su atención especialmente en la organización de los sistemas biológicos, entendidos éstos como una serie de procesos causales que originan la forma orgánica del "aqui y ahora". Coge como modelos procesos como el desarrollo, eñ metabolismo o la autoorganización. Esta visión ineternalista, sin embargo, plantea el problema de que, al centrarse en caracteres como la identidad o la autonomía, tiene que explicarel proceso evolutivo como una consecuencia originada de la posibilidad autoconstructora del organismo. El problema que crea la visión externalista es exactamente el contrario, ya que al centrarse en la variación y el cambio, le imposibilita dar una explicación al origen de la vida, otorgando así a los genes un papel protagonista en la evolución, en la que cualquier organismo dotado de una combinación genética posible pueda considerarse válido.
En un intento de integrar ambas visiones surgen varios supuestos filosóficos que han sido claves para el desarrollo de la Síntesis Moderna, como la distinción entre causas próximas y causas remotas desarrolladas por Enst Mayr.
Estos
dos tipos de causas establecían dos diferentes dominios de
investigación dentro de la biología. Por un lado, la
biología funcional, que se
centra en el estudio del funcionamiento de algo (un órgano,
una molécula...) mediante un análisis de cómo
los elementos estructurales contribuyen causalmente a la capacidad
funcional del organismo. Y por otro, la biología evolutiva, que se centra en el aspecto histórico de la vida y trata de
explicar por qué las poblaciones han llegado a ser como
son.
Para
la Sintesis Moderna, todo proceso biológico tiene una causa
remota. Mayr identifica las causas próximas con el proceso de
decodificación de un programa genético, en el que, el
contenido del cual es el resultado de las causas remotas. La
distinción de Mayr, por lo tanto, refuerza la impresión
de que la biología funcional y la evolutiva son
dominios independientes de investigación.
En
resumen, la Sintesis Moderna considera a la evolución,
con la selección natural como principal fuerza, el principio
unificador de la biología. Este planteamiento fue el que
supuso una ruptura con el pensamiento tipológico, que intentaba explicar el proceso evolutivo dentro de un contexto físico
– químico. El concepto de autoorganización pudo
servir como puente entre ambas posturas, de manera que el papel de la
selección natural como filtro en la construcción de
nuevas combinaciones de genes hace que la evolución del
sistema no dependa únicamente de la combinación
genética del mismo.
Después
de ésta ardua reflexión sobre qué es la vida y
cuál son sus orígenes, concluiría diciendo que
definirlo se ha convertido en un problema mayor que el propio
fenómeno de la vida en sí
mismo. Nunca hallaremos la verdadera respuesta a este gran interrogante. Sin embargo, tratemos de darle significado a nuestra propia vida para que se convierta en algo tan grande y pleno que nos baste como respuesta. Como dijo Jorge Santayana "la vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla"
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